En la memoria Abril,
Donde miré tus ojos
que aparcaron dos desiertos,
dos cenotes.
que aparcaron dos desiertos,
dos cenotes.
Hoy las palabras desentumen su lengua…
Dan tumbos, transitan
por el amor…
Ese amor corpulento al que no lo arropa techo, ni frazada…
Ese amor lerdo que se apaciguó en tu cielo o en tus muertes.
Ahí voy, dando palmaditas de infierno a la historia, que
como en novela rosa, al final hemos de estar uno sobre el otro, en un solo
pulmón…. En un solo potro.
Ha sido imperante reírte, sanarte, sobarte, enjugarte, unirte,
despegarte, salivarte….
Saberte, encontrarte, decidir amarte. A fuerza de ternura,
me quedé en ti…. Y así mi voz voló a tus mejillas y fui rubor.
Pasamos de luna, alba y medio día…. De lluvia a océano
salvaje… de paz a guerra y viceversa.
En esta nueva tarde-noche-madrugada, se abre un mar con
dulce beso…
Has ahogado con tu risa mi espacio…
Vital tenerte centellando, asomado en mi hombro, recitando
poesía.
Hoy más allá de nosotros, estás tú, el que sigue de ti, el
que serás….
Te abrazo en nuestra cama, donde hemos acurrucado
esperanzas, regocijos, días luminosos y noches completas….
Allí, donde
envueltos dormimos por primera vez, he de mirarte despertar.
Te amo.
Berenice
24 de abril del 2013.
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