viernes, 14 de febrero de 2014

Carta de amor

En la memoria Abril, 
Donde miré tus ojos 
que aparcaron dos desiertos, 
dos cenotes.

Hoy las palabras desentumen su lengua…
Dan tumbos,  transitan por el amor…
Ese amor corpulento al que no lo arropa techo, ni frazada…
Ese amor lerdo que se apaciguó en tu cielo o en tus muertes.
Ahí voy, dando palmaditas de infierno a la historia, que como en novela rosa, al final hemos de estar uno sobre el otro, en un solo pulmón…. En un solo potro.

Ha sido imperante reírte, sanarte, sobarte, enjugarte, unirte, despegarte, salivarte….
Saberte, encontrarte, decidir amarte. A fuerza de ternura, me quedé en ti…. Y así mi voz voló a tus mejillas y fui rubor.
Pasamos de luna, alba y medio día…. De lluvia a océano salvaje… de paz a guerra y viceversa.

En esta nueva tarde-noche-madrugada, se abre un mar con dulce beso…
Has ahogado con tu risa mi espacio…
Vital tenerte centellando, asomado en mi hombro, recitando poesía.
Hoy más allá de nosotros, estás tú, el que sigue de ti, el que serás….
Te abrazo en nuestra cama, donde hemos acurrucado esperanzas, regocijos, días luminosos y noches completas…. 
Allí, donde envueltos dormimos por primera vez, he de mirarte despertar.

Te amo.
Berenice


24 de abril del 2013.

No hay comentarios: