jueves, 7 de agosto de 2014

De paseo...


Gentiles lisonjas al viento.

Sincronizando-Sintonizando...

Leyendo, escribiendo, trabajando, pensando, concluyendo, emergiendo, rememorando, habitando, cantando, percibiendo, seduciendo, armando....

Ella, la Lic. Limón, muchacha del mezcal, boca sumergida en ojos claros, labora y teje mientras tiene en la mano derecha una manzana amarilla, en la izquierda un catálogo abierto, en el oído una canción prodigiosamente poderosa, y en el cabello ensortijados destellos azucarados....

Jude...

Drama.
Drama inmaculado. Pulcro.
Amor limpio, adelantado a su época.
Ilustre, deseoso de la continuidad...
Lúgubre final. Punzante.
Preciosas interpretaciones.

Sue & Jude ♥


miércoles, 6 de agosto de 2014

♥ ♥ ♥ ♫ ♪ ♪


                                                     

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir. »Robert Louis Stevenson.


Tuve una amiga llamada Peregrina. 
Aún vive en España, 
se enamoró y caso-se con Julio,
Nos olvidamos...



Partiendo de la primicia, me he zambullido en la nostalgia por esas inacabables y dolorosas prácticas que viví para  andar en bicicleta. Fue a los 15 (a lugar: también aprendí a nadar).

Cuando la conocí -a Ella: Peregrina-, fue en una comunidad, una Tasca virtual que tenía como guardián un Perro Verde.
Peregrina, que en mi insolente tristeza me ayudó a confrontar mi segundo divorcio, inventó la forma más dulce de acompañarme en el proceso: un cordón rosado. Era tan largo que atravesaba el charco y ella sostenía un extremo, yo el otro.
Amén de que acá las mañanas eran tardes-noches en España, nos hacíamos en la media para narrarnos las cuitas y prestarnos el pañuelo, la copa, extinguirnos las lágrimas, poner música estridente o romántica, consagrar los palabros y las borracheras taqueriles que me fregotearon la ruptura y el desamor.
Así fue unos años, hasta que MSN canceló los grupos y nos echaron a la calle con todo y mesas, bancos, cuadros, piano y cava.
Vinieron remiendos de comunidades. Nunca nos pudimos rehacer.
Llegó el Facebook, y muchos migramos en la esperanza de reencontrarnos. Entre los comensales topé a mi Peregrina con su Julio, nos entusiasmamos, nos quisimos otra vez, pero el olvido de las circunstancias que nos habían atado diluyó la agujeta rosa. Ella tomó su bicicleta marchándose a un castillo mientras yo trepé a un acantilado.
Con los años, llegó la madurez. Peregrina me había dejado una nota cálida y amorosa, sobre mi nueva bicicleta… en ella yo viajaría hasta su dulce regazo; nos esperaba la sombra de un árbol, la orilla de la playa.
Concluí que en el viaje, la compañía de quienes nos dan su abrazo es continua hasta que los caminos se descruzan para laminar otros, y en esos otros, al paso del tiempo, volver a amarnos.

Mar filo...

Descubriendo el sueño, me has soñado...
Entremetiendo bordes pulposos,
Ciénagas de farolas, tactos, pulidas lenguas…
Distante donde la luz se enrojece, no hubo dicciones:
Erupción alegre del guiño cómplice…
Ahí, nos es fácil ser del otro,
Explicarnos, llamarnos, forjarnos…
Cantando el sueño, nos he soñado…
En el intacto apetito
     De ser los que somos, cuando somos.

lunes, 4 de agosto de 2014

Rasgar la mañana con la puerta abierta de la recámara, en calzones y sin camiseta, descalza, a tumbos pero sin la inquietud de que alguien más puede incomodarse con tu proceder cuando te levantas en la madrugada por agua o bien, a orinar...

Así recordaba ser hace diez meses, así era estar en mi casa.

Cuando un extraño respira en nuestro espacio el pudor y la excesiva bondad nos llevan a ser imbéciles, deshonestos con nosotros mismos, ingratos, opuestos de lo que somos.

Mi auto-censura me dicta que la conducta adecuada es ser cortes, liviana, compartida, tolerante...

En este punto del tiempo, me pesan las tardes y sus noches en que yo era feliz en mis silencios fumando en la cocina acompañada de Morgan. 
Cuando salía sin sostén hasta el refrigerador a preparar la merienda... cuando no tenía que lavar tantos trastes y hablar por teléfono era sin secretos.

Mi acantilado, ofrecido al desvalido, al triste o al perdido ha cumplido su ciclo...


En el proceso de añorar está el recuperar.



viernes, 1 de agosto de 2014

Lavanda...


Un suspiro para atajarle hasta mi luz...

Pasivamente esa boca de lima
bastará en la mía...